Hay dos tareas que se deberán hacer a la hora de querer cultivar tomates en casa: la obvia plantación de semillas en un semillero adecuado y la preparación de la tierra.
Para tener éxito con las semillas, es primordial elegir una bandeja no muy honda, con tierra vegetal especial para semillas y ponerla resguardada del frío y del viento, con luz del sol.
En caso de no disponer de un jardín para cultivar nuestro tomates pero sí de un pequeño balcón o terraza, podremos cultivarlos en macetas. Éstas deberán tener un mínimo de 40 centímetros de profundidad y será imprescindible que reciban sol directo para favorecer el óptimo crecimiento de nuestra planta.
Durante el verano, deberemos regarlas a diario, y el abono será también muy necesario. En este caso, recomendamos los fertilizantes de lenta liberación, puesto que su efecto puede durar hasta 3 meses.
Cuando nuestras plantas tomateras empiecen a crecer, necesitaremos colocar unas cañas para evitar que se doblen y rompan por el peso de los frutos.
Si ponemos una caña suficientemente larga, más o menos de metro y medio, ya no la tendremos que volver a cambiar en todo el verano, puesto que podremos ir atando la planta a medida que crezca.
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Jardin-info
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Huerta
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